domingo, 21 de junio de 2020

Reseña: cuatro miradas en el parque

Título del libro: Voces en el parque

Autor e ilustrador: Anthony Browne

Editorial: Fondo de Cultura Económica

Año: primera edición en español, 1999                                  


Voces en el parque pertenece al género de libro-álbum. Tal como explica Shulevitz (2005), “el libro-álbum no sólo depende de las ilustraciones para ampliar aquello que dicen las palabras, sino que también requiere de ellas para esclarecer el texto e, incluso, para tomar su lugar” (p.  2). Es así como este cuento le exigirá al lector una lectura múltiple, tanto de la narrativa textual como la visual. Erro (2006) señala que las ilustraciones nos privilegian de detalles, aportando información que no está implícita en el texto. Anthony Browne siempre invita a sus lectores a desarrollar la capacidad de observación en sus obras, lo cual se vuelve esencial en Voces en el parque.

Browne presenta esta historia con una particularidad: la multiplicidad de voces, específicamente de cuatro narradores, los cuales son Mamá de Carlos, Papá de Mancha, Carlos y Mancha. Mamá de Carlos una mujer acomodada, llena de prejuicios. Ella saca a pasear a su perra al parque junto a su hijo Carlos, un niño tímido y solitario. Papá de Mancha es un hombre desganado que necesita salir de su casa y, junto a su hija Mancha, una niña alegre, van al parque con su perro. En el parque los niños se separan de sus padres y pasan una divertida tarde de juegos, hasta que a uno de ellos lo llaman para irse a casa. Así se formarán amistades, prejuicios y cambios emocionales. Los sentimientos juegan un papel clave en este cuento, las perspectivas de ver cómo las cosas van cambiando al conocer los personajes. ¿Cómo verá el Papá de Mancha la ciudad? ¿Cómo verá Carlos el parque?

La apreciación de las imágenes en Voces en el parque es admirable, en primer lugar, por los detalles que componen cada ilustración, que no deja de sorprender al pasar las hojas,  Colomer nos plantea, en su escrito de 1999, que en el álbum texto e imagen se reparten información complementaria, el cual el lector deberá unir y formar un nuevo significado. La imagen establece un tipo de análisis del texto, esto quiere decir que que el lector podrá llegar a realizar una nueva lectura a través de la observación de las imágenes que se le están entregando. 

En segundo lugar, es admirable destacar el final del cuento. Es posible observar que los caminos de los personajes se separan y se entiende que cada uno sigue con su vida, pero ¿qué ocurrirá con ellos al irse del parque? A esto lo llamaremos final abierto. Colomer (1999) expone que este tipo de desenlace están relacionados con los temas sociales, y permite que el lector se interiorice con las situaciones injustas que se le presenten, adoptando un compromiso moral. El final les permitirá reflexionar sobre las cuatro miradas que se cruzaron en el parque, y como el conflicto social se presenta los prejuicios de la Mamá de Carlos, contra Mancha y su Papá. Pero no es correcto juzgar a los demás por sus apariencias. Dos niños de distinto estrato social, juegan alegremente y a ninguno les importa.

Este libro-álbum lo podrán disfrutar niños y niñas a partir de los 6 años en adelante, además de jóvenes como adultos. Se aconseja leerlo en compañía, para compartir distintas reflexiones que pudieran surgir tras la lectura y la interpretación de las imágenes y así relacionar todo lo que engloba esta obra.


Autoras de la reseña: Renata Castro y Camila Castillo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario