Las princesas también se tiran pedos pertenece a la clasificación de libros ilustrados, concepto planteado por Uri Shulevitz (2005). Este tipo de libros presenta imágenes que reflejan lo que se está narrando. Sin embargo, estas no son imprescindibles para entender la historia, es decir, el libro podrÃa leerse de igual manera sin la necesidad de tener ilustraciones.
El
cuento relata la historia de un padre y su pequeña y curiosa hija Laura, quien
trae una interesante pregunta que le ha surgido en la escuela luego de que un
compañero de clase le ha dicho que Cenicienta y las demás princesas se tiran
pedos. Su padre, quien era un gran lector, decide responder esta pregunta con un misterioso
libro que tenÃa guardado en su increÃble y gigantesca biblioteca. Este libro en su interior poseÃa los secretos que las princesas más
famosas guardaban. ¿Será este libro el que pueda ayudar a Laura a responder su
sorpresiva pregunta?
“Las
princesas también se tiran pedos” es una maravillosa alternativa para que niños
y adultos lean en estos tiempos de pandemia, ya que presenta una historia y un
final reflexivo. La pequeña Laura tras escuchar las historias contadas por su
padre, desconfirma su postura sobre las princesas e intenta creer que estas
pueden seguir siendo bellas a pesar de tirarse pedos. El final del libro es la
parte más importante del cuento debido a que le da una valoración a lo leÃdo.
Asimismo, Colomer (1999) expresa que el final debe otorgarle sentido y
retrospectiva a la narración, de esta manera se provoca una reacción emotiva en
el lector. Estas historias pueden presentar finales felices, abiertos o
tristes, estimulando de diferentes maneras el desarrollo emocional de los
lectores. Un ejemplo de esto son los cuentos infantiles, los cuales tienden a
entregar una lección o bien, reflejan un aspecto de nuestra realidad, es por esto que el lector puede nutrirse y construir una visión más
completa sobre su vida y entorno. Este relato favorece la reflexión
de los lectores sobre la importancia de derribar estereotipos presentes en la vida de los infantes, de este modo se
deja de idealizar el rol social de las mujeres y a la vez los niños crecen de
manera más humana, convirtiéndose en personas menos prejuiciosas y más
tolerantes.
Se
recomienda también el cuento por las caracterÃsticas que posee. Primero,
presenta una estructura ternaria, concepto que plantea Lluch (2004),
refiriéndose a una estructura del relato que se compone de tres partes: inicio,
acción y resolución. Actualmente, es
común el uso de esta estructura porque se prefiere exponer de forma rápida la
trama del cuento. En este caso vemos que la situación inicial es abordada de
modo casi implÃcito, ya que apenas comienza el relato se plantea la pregunta que
desencadenará la acción. Lo mismo sucede en la situación final, donde se muestra
la resolución de la incógnita planteada y se pone fin a la historia dejando
satisfecho al protagonista. Se ejemplifica lo anterior en la última página del
libro donde se aprecia cómo Laura duerme tranquila y feliz, luego de la
respuesta que recibió de su padre. En segundo lugar, al observar el tipo de
narrador presente, se evidencia que el relato está focalizado externamente.
Lluch (2004) plantea esta idea cuando la obra
literaria en su totalidad está compuesta por diálogos, en este caso entre el
padre y la hija. Esto quiere decir que el narrador debe limitarse sobre sus
actos y palabras que pueda percibir a través de sus sentidos, con el fin de
asignarle libertad de desenvolverse a los personajes.
Este cuento sugiere una lectura a partir de los 6 años, sin embargo, al presentar un contenido tan gracioso y llamativo, puede ser disfrutado también por adultos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario