TÃtulo:
Un pez es un pez
Autor e ilustrador: Leo Lionni
Editorial: Kapelusz.
Año: 1975
PaÃs:
Buenos Aires, Argentina
Este
cuento pertenece al género de libro ilustrado. Además, responde a una clásica
estructura quinaria. Esta estructura, según la autora Lluch (2004), explica un
orden de cinco
secuencias que siguen una progresión lineal, en otras palabras, se presenta un
inicio y conflicto, que será resuelto posteriormente.
La historia entre un pez y un renacuajo, amigos desde que ambos tenÃan apariencias muy similares. Un dÃa el renacuajo comenzó a tener sus primeros cambios, que serÃan parte de una metamorfosis natural en su especie. Su amigo el pez quedó muy confundido con la situación y algo molesto. Por su parte, el renacuajo recorrió el vasto mundo exterior y regresó a contarle todo lo que habÃa visto a su amigo el pez. Este, muy emocionado, escuchó atentamente los extraños seres que relató el renacuajo, imaginando con todos los colores y texturas, pájaros, vacas y personas en cuerpo de pez. Deseaba tanto poder verlos que no cabÃa en sà de emoción. El resto de la historia tendrán que descubrirlo ustedes mismos, y adentrarse en esta acuática aventura.
En el cuento, se puede apreciar que los diálogos mantienen una buena relación con la historia. Según la autora Teresa Colomer (1999), esto favorece la lectura, ya que no se extienden más de lo necesario y contienen suficiente información para conectarse con lo que transmiten los personajes. Por ejemplo, cuando el renacuajo cuenta lo que vio en el exterior, lo describe claramente para que el pez pueda imaginarlo, y a su vez permite al lector imaginarlo en base a lo que lee y lo que ve en las ilustraciones.
Es
importante, además, que en la historia el pez desempeña un rol activo, y
luchará contra su naturaleza en busca de su identidad. Según la autora Lluch
(2004), este personaje es dinámico, ya que atraviesa ciertas dificultades, que
lo llevaran a replantearse: "¿quién soy?" y "¿por qué no puedo ser como mi amigo el
renacuajo?". Esto responde a un proceso de maduración necesaria para el
dinamismo del personaje.
La historia transcurre
bajo el agua, sin embargo, recorre mucho más allá, gracias a la imaginativa
mente del pez, que construye ingeniosamente, el mundo
bajo su propia percepción. Incluso hará lo posible por acercarse al exterior,
aunque esto ponga en peligro su propia vida.
En
este sentido, la autora Teresa Colomer (1999), comenta sobre la introducción de
elementos psicológicos en la literatura infantil, que dan una especie de
resolución al conflicto. En el libro se puede observar que el conflicto
proviene del interior del personaje, que rechaza su condición de pez, sin
embargo, un acontecimiento importante permite que este pueda comprender y
valorar su vida, aunque esto signifique dejar de perseguir su sueño de ver el
exterior. El final apunta a enfrentar el conflicto, a través de un crecimiento
personal, de maduración y aceptación.
El
libro puede ser disfrutado por niños de 6 años en adelante y todo público,
independiente su edad, ya que posee un lenguaje comprensible y se complementa
con coloridas ilustraciones. Además, la historia entre estos dos amigos
acuáticos permite conectar sentimientos como la amistad y empatÃa.
Autora de la reseña: Jenniffer Aguayo.
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