domingo, 21 de junio de 2020

Reseña: desde un vacío color negro a una vida de perspectiva naranja

Título del libro: El gato que amaba la mancha naranja

Autora: Elza Mesquita 

Ilustradoras: Ana Pereira y Elza Mesquita

Editorial: Vergara y Riba 

Año: 2009

País: Argentina


En los libros álbum se puede observar que las palabras no se sostienen por sí solas. Las ilustraciones se complementan con la imagen. El entender este libro sin ilustraciones, lo acompleja, dejando las palabras vacías sin un rumbo fijo. Pero, si dejamos de lado a la palabra, no se puede saber con certeza la historia que desenvuelven esas imágenes, siendo así que ambas se necesitan mutuamente para hacer subsistir esta construcción literaria, apoyando la concepción que Shulevitz (2005) presenta de libro álbum. En ese sentido, y considerando lo que menciona el autor, este tipo de libro puede llegar a representarse de una forma “teatral: directa, inmediata, activa y conmovedora”.

La historia acontece con la travesía de un gato negro, en la que se refleja el amor que siente el animal por una hoja de papel con una mancha naranja que realizó quien era su dueña hasta entonces. Tal era su amor por la hoja de papel, que el gato soñaba todos los días con ella. Hasta que un día el gato huyó de casa, maltrecho por pasar días sin comer ni tomar agua, ya que su dueña lo había dejado. El felino deambuló moribundo por toda la ciudad, hasta que no pudo más y se desplomó en el suelo. Al despertar, el gato vio  a un chico pelirrojo que lo había recogido. El gato, aún moribundo, estuvo en un cuarto por días y días, recuperándose. Un día el gato despertó de su siesta aparentemente eterna, volvió a la vida. El chico pelirrojo, emocionado, lo alimentó y refugió en su casa. El gato, al inspeccionar la casa del chico pelirrojo, descubrió lo que había anhelado todo este tiempo. ¿Qué será lo que podrá complementar totalmente al gato negro?

Este libro se presenta de una manera muy interesante, ya que, en primer lugar, posibilita la lectura en grupos, de manera que un profesor podría compartirla frente a sus alumnos. En ese sentido, es posible señalar que el libro rompe con el formato típico, más pequeño, que invita a una relación más íntima con el lector. El formato que presenta el libro es grande.  Al respecto, Colomer (1999) señala que en los libros grandes las imágenes representan diversos ambientes, distintos escenarios, y esto favorece una relación de espectáculo con el lector.

En segundo lugar, se puede observar la distinta forma que toma el texto de este libro, desde una perspectiva que las palabras se acomodan a la imagen, tomando una función ilustrativa, como señala Colomer (1999). Esto se visualiza en el libro, por ejemplo, cuando el gato recorre las calles de la ciudad. El tipo y tamaño de letra ayudan a la comprensión y la facilidad de la lectura.

Y por último, el hecho de hacer visible la responsabilidad que da tener un animal y el cómo a estos les afecta el abandono. Ya sea de forma permanente, o de tipo regular, como el no jugar o prestarles una simple atención,. Por lo anterior, esta obra puede resultar interesante para todas las edades. Sobre esto, Munita (2010) señala que la literatura infantil de calidad no es solo para niños.

Este libro se recomienda para público infantil,  preferentemente entre 6 a 10 años, ya sea por el tipo de texto y diseño, algo llamativo para los pequeños y a la vez poder desarrollar los aspectos de responsabilidad y el cariño hacia los animales.



Autorxs de la reseña: Verónica Núñez y Alejandro Ortega.

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