La mejor familia del mundo es un
libro ilustrado, ya que “el énfasis está en la anécdota. La anécdota se narra
con palabras y puede ser perfectamente entendida sin las ilustraciones. Las
ilustraciones la enriquecen.” (Shulevitz, 2005. p. 1). Aquello se ve reflejado
en el texto “La mejor familia del mundo”, debido a que el cuento y las imágenes
representan lo mismo. Las ilustraciones sirven para imaginar y complementar lo que el cuento dice.
Una mañana de mayo, Carlota se encontraba jugando en el jardÃn del orfanato y la directora le da una noticia. “Te ha adoptado una familia, Carlota. Vendrán por ti mañana”, le dice. En ese momento, Carlota pidió un deseo: “espero que sea la mejor familia del mundo”. Aquella noche, se quedó despierta imaginando cómo serÃa su familia. Imaginó una familia de pasteleros, de piratas, de domadores de tigres y de astronautas. De tanto pensar en cómo serÃa su nueva familia, se hizo de dÃa y ellos ya habÃan llegado a buscarla: Los Pérez.
En primer lugar, se valora el final de la historia. Según Colomer (1999) el final de la historia
es importante en la valoración de las narraciones, ya que brinda significado al
cuento y provoca la impresión de sensibilidad, afecto o emoción en el lector.
Dentro de los tipos de finales que Colomer menciona,
este cuento termina con un final feliz,
ya que cuenta con una virtud tranquilizadora. Esto se evidencia en el siguiente extracto de la obra: “Y asÃ, bajo el cielo estrellado de su habitación,
Carlota Pérez, por fin pudo dormir y no tuvo que imaginar más. HabÃa conseguido
la mejor familia del mundo.” (p. 16).
Otro aspecto destacable del texto es lo que Colomer señala como diversidad de funciones. Colomer (1999) hace referencia sobre la diversidad de los lectores y de los diferentes propósitos de la selección del libro. Es necesario tener en consideración “para quién” y “para qué” se está eligiendo el libro. Al final de la historia dice: “Esa noche, Carlota no podÃa dormir de los nervios y pensó en cómo serÃa la familia perfecta.” (p. 3). El texto habla sobre la adopción y sobre las diferentes familias que pueden existir. Hay diversidad de familias y por ende, diversidad de lectores en la misma situación de Carlota o en la situación de la familia, independiente de la edad. El texto está hecho para todo tipo de lector, ya que la trama tiene un emotivo mensaje para transmitir, además, no es ajeno a la realidad.
El tercer criterio a valorar es la imagen. Según Colomer (1999), la relación entre el texto escrito y la imagen es indispensable. En el relato se menciona: “Como seguÃa sin poder dormir, Carlota volvió a pensar en cómo serÃa la familia perfecta. Imaginó que la adoptaba.... ¡Una familia de piratas!” (p. 6). En ese momento, en la imagen se muestra lo que Carlota imaginaba: un padre y una madre vestidos como piratas buscando un tesoro escondido junto con ella, quien tenÃa un parche en el ojo y un loro en su hombro. Es decir, la imagen amplÃa el contenido del texto.
Además, Colomer (1999) señala que “la adopción de un formato de grandes dimensiones establece una distancia fÃsica entre el lector y el libro, que adquiere carácter de espectáculo.” (p.173). Es decir, las caracterÃsticas fÃsicas del libro llaman la atención y provocan que el lector se encante con él. La medida del libro es 23.5 x 0.9 x 34 cms., por lo que se considera un libro grande por el ancho que este tiene para asà poder visualizar de una manera eficaz las imágenes mostradas entregando mayor sentido al texto. De esa forma, el cuento puede ser leÃdo de manera grupal.
El perfil lector de este libro puede comenzar desde los 6 años, ya que es una buena edad para comenzar a introducirse en la lectura, ya sea porque el padre/madre le lea un cuento o lo haga por ella/él misma/o. No existe un lÃmite de edad para disfrutar esta historia, por el contexto que tiene el cuento, debido a la narración, a la forma de representación en la imagen y a sus dibujos comprensibles y llamativos.
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