miércoles, 24 de junio de 2020

Reseña: la fantasía de la tele y la realidad de la vida

Título del libro: ¡No funciona la tele!
Autor e ilustrador: Glenn McCoy
Editorial: Alfaguara Infantil
Año: 2011
País de edición: México


¡No funciona la tele! es un cuento infantil perteneciente a la clasificación de libro ilustrado. Su estructura es entendible mediante el texto, mientras que las ilustraciones son de ayuda estética, teniendo un rol de acompañantes a lo escrito para contextualizar la escena en que transcurren las acciones. Esto se puede afirmar basándonos en lo que plantea Shulevitz (2005).

En el cuento se relata la historia de una pequeña niña llamada Pepa León y su dependencia permanente a la televisión de su hogar. Lo que más llama la atención a Pepa son sus programas infantiles que día y noche no deja de ver, generando un distanciamiento de su entorno. Ella convive con un perro llamado Barriga, el que ignorado por su dueña trata de llamar su atención sin lograr mayor resultado, obteniéndolo solo cuando el televisor se estropea inesperadamente. En consecuencia, Pepa busca una solución rápida, iniciando una aventura que genera una interacción con la realidad que era obstaculizada por la fantasía abstracta de la ficción. Así, se da a conocer un mundo mucho más divertido que cualquier otro programa que ella solía observar. ¿Será posible despegar a las nuevas generaciones de los aparatos tecnológicos con los que se criaron, influenciaron en su enseñanza y que utilizan en la mayor parte de sus ratos libres?

El libro ¡No funciona la tele! cuenta con elementos literarios que le dan al lector una experiencia de calidad de principio a fin. En primer lugar, podemos darnos cuenta de la estructura narrativa que posee este libro gracias a los criterios de Lluch (2004). ¡No funciona la tele! posee y divide la historia en cinco momentos claves que están en casi la mayoría de los textos infantiles ayudando al lector a comprender mejor la secuencia cronológica de la historia. En el libro son fáciles de identificar, siendo la situación inicial la adicción de Pepa León con ver de forma diaria y sin interrupciones la televisión, el inicio del conflicto cuando su televisor deja de funcionar, el conflicto ocurriendo al salir de su casa y dirigiendo su rumbo a la tienda de reparaciones, la resolución del conflicto en el momento en que llega a la tienda y está cerrada, por último siendo la situación final cuando Pepa se da cuenta de que tuvo un gran día lleno de aventuras y juegos sin la necesidad de ver sus programas infantiles.   

En segundo lugar, otro gran criterio de suma importancia es la inclusión de la “aceptación del conflicto”, criterio mencionado por Colomer (1999). Este criterio está presente tanto en la vida como en la literatura infantil, y el desenlace en el libro es un claro ejemplo de ello. Pepa, como nuestro familiares y vecinos más pequeños, en ocasiones está obligada a asumir las dificultades que obstaculizan su vida. Pepa no pudo reparar su televisor, pero eso le dio una capacidad para afrontar sus problemas y llegar a la conclusión de que hay un mundo más allá de la pantalla que la mantenía encerrada en su casa.

Este libro en esencia va dirigido a lectores que se encuentran en el rango etario de seis a doce años, ya que desde esa edad la tecnología les comienza a llamar la atención. Los niños pueden hacer una relación con la historia del cuento y con la suya, pudiendo generar un cambio en sus hábitos y en consecuencia adentrarse en generar su propia felicidad sin depender de un objeto tecnológico. Además, adolescentes y adultos pueden disfrutar de este cuento infantil, reflejando una instancia de sus propias vidas o bien generando una moraleja que pueden compartir con los menores que los rodean.

Autores de la reseña: Nicolás González e Ignacio Jeldrés.

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