¡No funciona la tele! es un cuento infantil perteneciente a
la clasificación de libro ilustrado. Su estructura es entendible mediante el
texto, mientras que las ilustraciones son de
ayuda estética, teniendo un rol de acompañantes
a lo escrito para contextualizar la escena en que transcurren las acciones. Esto se puede
afirmar basándonos en lo que plantea Shulevitz (2005).
En el cuento se relata la historia de una pequeña niña
llamada Pepa León y su dependencia permanente a la televisión de su hogar. Lo que más llama la atención a Pepa son sus programas
infantiles que dÃa y noche no deja de ver, generando un distanciamiento de su entorno. Ella convive con un perro llamado
Barriga, el que ignorado por su dueña trata de llamar su atención sin lograr
mayor resultado, obteniéndolo solo cuando el televisor se estropea inesperadamente. En consecuencia, Pepa busca una solución rápida, iniciando una aventura que
genera una interacción con la realidad que era obstaculizada por la fantasÃa
abstracta de la ficción. AsÃ, se da a conocer un mundo mucho más divertido que
cualquier otro programa que ella solÃa observar. ¿Será posible despegar a las nuevas generaciones de los
aparatos tecnológicos con los que se criaron, influenciaron en su enseñanza y
que utilizan en la mayor parte de sus ratos libres?
El libro ¡No
funciona la tele! cuenta con elementos literarios que le dan al lector una
experiencia de calidad de principio a fin. En primer
lugar, podemos darnos cuenta de la estructura narrativa que posee este libro
gracias a los criterios de Lluch (2004). ¡No funciona la tele! posee y divide la historia en cinco
momentos claves que están en casi la mayorÃa de los textos infantiles ayudando
al lector a comprender mejor la secuencia cronológica de la historia. En el libro son fáciles de identificar, siendo la situación
inicial la adicción de Pepa León con ver de forma diaria y sin interrupciones
la televisión, el inicio del conflicto cuando su televisor deja de
funcionar, el conflicto ocurriendo al salir de su casa y dirigiendo su rumbo a
la tienda de reparaciones, la resolución del conflicto en el momento en que
llega a la tienda y está cerrada, por último siendo la situación final cuando
Pepa se da cuenta de que tuvo un gran dÃa lleno de aventuras y juegos sin la
necesidad de ver sus programas infantiles.
En segundo lugar, otro gran criterio de suma
importancia es la inclusión de la “aceptación del conflicto”, criterio mencionado por Colomer (1999). Este
criterio está presente tanto en la vida como en la literatura infantil, y el desenlace
en el libro es un claro ejemplo de ello. Pepa, como nuestro familiares y vecinos
más pequeños, en ocasiones está obligada a asumir las dificultades que obstaculizan su vida. Pepa no pudo reparar su televisor, pero eso le dio
una capacidad para afrontar sus problemas y llegar a la conclusión de que hay
un mundo más allá de la pantalla que la mantenÃa encerrada en su casa.
Este libro en esencia va dirigido a lectores que se encuentran en el rango etario de seis a doce años, ya que desde esa edad la tecnologÃa les comienza a llamar la atención. Los niños pueden hacer una relación con la historia del cuento y con la suya, pudiendo generar un cambio en sus hábitos y en consecuencia adentrarse en generar su propia felicidad sin depender de un objeto tecnológico. Además, adolescentes y adultos pueden disfrutar de este cuento infantil, reflejando una instancia de sus propias vidas o bien generando una moraleja que pueden compartir con los menores que los rodean.
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