Cosita linda corresponde a un libro álbum, según la definición de Shulevitz (2005), y es que en este género el autor utiliza las imágenes para proporcionar información que es omitida por las palabras. Es decir, las ilustraciones no son solo un recurso para ampliar aquello que es textual, sino que el relato requiere de ellas para darse a entender en su totalidad. Anthony Browne usa las ilustraciones para mostrar actividades que están realizando los protagonistas de la historia, las que no están puestas en palabras.
El aspecto más destacable del libro es el mensaje entregado de manera sencilla y lúdica, y es que una amistad puede forjarse entre distintos tipos de personas, representados como especies en el relato. No importa si una persona se ve ruda, como un gorila, porque alguien asà también necesita un amigo y mientras haya afecto de por medio, no importará el cómo el otro sea.
Es
recomendable por los elementos constructivos de la narración que destaca
Colomer (1999), como un inicio que atrae al lector presentando al protagonista
y la peculiaridad de este en la primera página. Además de cerrar la historia
con un clásico “y fueron felices por siempre”, que si bien no va en la lÃnea de
los relatos infantiles actuales, es efectivo al momento de concluir la
historia.
El formato también es algo destacable desde la mirada de Colomer (1999), siendo un libro de proporciones rectangular vertical pero que en algunas ocasiones utiliza el recurso de doble página. De esta manera se forma un gran lienzo horizontal en las páginas, a través de las cuales se muestra las actividades que realizan juntos el gorila y Linda. La doctora en Ciencias de la educación, Teresa Colomer, en su texto Introducción a la literatura infantil y juvenil (1999) expresa que: “la adopción del formato de grandes dimensiones establece una distancia fÃsica entre el lector y el libro, que adquiere carácter de espectáculo. Son libros para ser leÃdo en grupos, como si de una pizarra se tratara” (p. 173).
Esta obra puede ser leÃda por pequeños desde los 4 años en adelante, ya que según un estudio sobre la comprensión de las narraciones por los niños de Larrea (1994), se concluye que a partir de esa edad el niño posee el esquema básico de los cuentos con estructura narrativa prototÃpica, sin importar su nivel sociocultural.
Autora de la reseña: MarÃa Eliana Zúñiga.
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